Empieza por definir tus objetivos financieros, ellos te permitirán garantizar tu bienestar y el de tu familia. Si tomas la decisión de ahorrar con seriedad y disciplina, podrás organizar tus ingresos y gastos de manera permanente.
Una meta inteligente es, ante todo, concreta. Si sabes exactamente en qué emplearás tu dinero, te resultará más fácil ahorrar lo necesario. Ahorra para algo, ponle un nombre a tu sueño: vacaciones, un carro nuevo, un vestido para una ocasión especial, redecorar tu sala. No se trata sólo de ahorrar por ahorrar, sino de hacerlo motivado para lograr algo que deseas.
Averigua lo que te costaría alcanzar una meta. Revisa opciones y elige el precio que más se ajuste a tu realidad. Por ejemplo: unas vacaciones con la familia en una ciudad de Bolivia podrían costar alrededor de Bs. 2,000. ¿A cuánto estás de esa cifra? ¿Con cuántos ahorros cuentas?
Los pasos para llegar a tu meta tienen que ser adecuados a tu realidad. Por ejemplo: si ahorras Bs. 50 por semana, sumado a lo que ya ahorraste, podrás pagar las vacaciones en diez meses.
La meta debe tener un sentido. Esfuérzate por lograr aquello que encaja mejor con tus necesidades. Por ejemplo: se acerca el cumpleaños de tu hija y quieres hacerle una gran fiesta para celebrarlo.
Establece una fecha definida para alcanzar la meta. Por ejemplo: el cumpleaños de tu hija es en agosto.
Evalúa tu situación económica actual preparando dos listas: una de necesidades y otra de deseos.